¡ Reconstruyamos Saint Cloud !
 
Edificado años antes del palacio de Versalles por Felipe de Orleans, único hermano de Luis XIV, el palacio de Saint Cloud fue propiedad de la familia de Orleans durante más de un siglo.

Pasaron por sus muros personalidades extranjeras tan importantes como Felipe V de España en 1700, Pedro 1 de Rusia en 1717, Thomas Jefferson en 1786 - quien sería más tarde presidente de los Estados Unidos-, el emir Abd el-Kader de Argelia en 1852 y la reina Victoria de Inglaterra en 1855.
En 1784, cinco años antes del estallido de la Revolución Francesa, Luis XVI lo adquirió para María Antonieta, quien mandó hacer considerables reformas, ampliándolo. Lo visitó frecuentemente con su marido y sus hijos. Más tarde, la proximidad con París hizo que fuera una de las residencias de descanso preferidas por los cinco soberanos que gobernaran Francia durante el siglo XIX: de Napoleón I a Napoleón III, pasando por Luis Felipe, cada uno de ellos pasó largas temporadas en el palacio, tomando importantes decisiones políticas o dando suntuosas fiestas.

Este monumento histórico existiría aún si, durante la guerra franco-prusiana de 1870, el ejército francés no hubiese lanzado proyectiles en dirección del sitio de Saint Cloud, que ocupaban los prusianos, con el fin de desalojarlos. La fatalidad hizo que cayera un obús en el palacio, provocando un incendio devastador. Quedarían tan sólo las ruinas, que fueron demolidas en 1891, al decidirse no reconstruir el monumento.
 
 

Saint Cloud, hacia 1700. A la derecha, el río Sena.

Al contrario, y muchos años después, en 2013, gracias al pragmatismo alemán, se puso la primera piedra en la reconstrucción del Palacio Real de Berlín; desde hace tiempo son conscientes en Alemania de que los monumentos históricos son más que un simple “accesorio cultural” para adornar el paisaje. El patrimonio arquitectónico atrae el turismo, y por lo tanto activa la economía; permite crear empleo directo y aún más indirecto, constituyendo un poderoso motor de enriquecimiento para un país.

Estado actual de las obras de reconstrucción del palacio de Berlín...


Por eso, y con más razón de cara al proyecto del Gran París, la reconstrucción del palacio de Saint Cloud resulta algo lógico y evidente; por encontrarse dentro de un eje de gran importancia turística que va de París a Versalles y a sólo cinco kilómetros de la capital francesa, debido a su historia y magnificencia, si el palacio existiera aún sería uno de los lugares más visitados del mundo.

Nuestra asociación “¡ Reconstruyamos Saint Cloud !” se inspira del éxito de tres reconstrucciones autofinanciadas con el precio de las entradas: en España, la Sagrada Familia de Barcelona y en Francia, la fragata Hermione en el puerto de Rochefort y el castillo de Guedelón en Borgoña. “Reconstruir Saint Cloud” propone el mismo modelo económico, que presentaría la ventaja de una reconstrucción “gratuita” del monumento, así como la creación de un museo viviente de artes y oficios.

Se conservan los planos y numerosas fotografías del palacio, lo que posibilita su reconstrucción en el espléndido parque de Saint Cloud que, con una superficie de 460 ha, fue diseñado por el jardinero del rey André Le Nôtre.

Terminada la obra y con los salones principales reconstituidos exactamente, el edificio, que ya en sus orígenes contenía gran cantidad de habitaciones destinadas a los huéspedes, podría albergar en parte un hotel de lujo, un restaurante gastronómico, tiendas, salas de conferencias, convirtiéndose así en un centro internacional para seminarios. Se crearía así un importante nuevo foco turístico en Francia. Para eso, el estudio de arquitectura “Atelier Cos”(encargado de la reconstrucción de los hoteles Ritz en París y Cheval Blanc en la estación de esquí de Courchevel) realizó en 2014 un estudio arquitectónico muy completo. Basándose en el mismo, la consultora de gestión y construcción Gleeds France ha calculado que el coste total de la operación se elevaría a unos 185 millones de euros.

La relevancia de nuestro proyecto ha entusiasmado a la prensa francesa e internacional y le ha permitido granjearse numerosos apoyos de todo el espectro político; el Presidente de “Reconstruir Saint Cloud” ha sido recibido dos veces en el palacio del Elíseo, sede de la Presidencia de la República Francesa.

Por ser la reconstrucción del palacio de Saint Cloud un proyecto de envergadura internacional, se ha creado en Nueva York la asociación de “Amigos estadounidenses del palacio de Saint Cloud”, bajo la presidencia de Mitchell Cantor. Su objetivo es concienciar a sus compatriotas acerca de la importancia del proyecto y recaudar fondos que permitan su realización.


El sitio que ocupaba el palacio permanece vacío; la traza de los antiguos muros está marcada por tejos, dispuestos en forma de "U" y podados en forma cónica.
Los cimientos, o sea el 25% del edificio, subsisten en su totalidad.
 

Imagen en 3D realizada por Daniel Eon.



Laurent Bouvet
President


E-mail : bouvet@reconstruisonssaintcloud.fr

Tel : +(33) 6 11 43 00 57

"Reconstruisons Saint-Cloud !"
33 bis, boulevard du Château
92200 Neuilly-sur-Seine
France

Models made by Philippe LE PAREUX (photos reworked by Daniel Eon).

El palacio de Saint Cloud fue mandado construir en el siglo XVII principalmente por Monsieur, hermano del rey Luis XIV, y permaneció en la familia de Orleans hasta que lo comprara Luis XVI para la reina María Antonieta. Ésta encargó a su arquitecto oficial, Richard Mique, que realizara profundas modificaciones, sobre todo en la parte trasera del edificio, así como en el ala izquierda, meridional.

Además, la reina mandó modificar el acceso principal que, desde entonces, se hizo por la puerta central, al fondo del patio de honor; dicha puerta franqueaba la entrada al vestíbulo y a la escalera principal, como se aprecia bajo estas líneas.

Vestíbulo y escalera principal.

Izq y dcha: cuadro que representa al emperador Napoleón III cuando recibe a la reina Victoria, durante la exposición universal de 1855, al pie de la escalera principal.

Plano de la primera planta tras las obras de Richard Mique en 1787. Las salas llevan la denominación de la época de Napoleón III.

Al acceder a la primera planta por la escalera principal (que se distingue a la izq. al fondo) se entraba en los grandes aposentos situados en el ala derecha, septentrional, que había permanecido intacta con la decoración diseñada para Monsieur en el siglo XVII, con la única excepción de la capilla real, construida por Richard Mique por encargo de María Antonieta.
Antecámara de los Grandes Aposentos; comunicaban con el salón de Marte.

Salón de Marte.
Salón de Marte: sobrepuerta.

Salón de Marte; al fondo, retrato de Bonaparte.
Salón de Marte, que daba acceso a la galería de Apolo.

Galería de Apolo : bóveda pintada por Mignard.


Bóveda de Mignard.

     
     
     
Circe.
 
Caída de Ícaro.

Apolo y la Virtud.

Detalle de la bóveda: Apolo en el Parnaso rodeado por las Musas.
Galería de Apolo; ángulo que comunica, a la izq. con el salón de Diana.

Salón de Diana, que daba paso a la tribuna de la capilla real.

Capilla real, construida por el arquitecto Mique por encargo de María Antonieta.

Para acceder al resto de la primera planta, al llegar al final del ala derecha ocupada por la galería de Apolo y la capilla real, era menester volver hasta el salón de Marte. En el bloque central del edificio se encontraba una sucesión de cinco salones, como se observa a continuación.
 
Salón de Venus.
Salón de la Verdad.
Salón de Mercurio.

Salón de la Aurora (tras las puertas acristaladas) y escalera construida por encargo de María Antonieta.

Salón de recepción de la emperatriz; comunicaba con su despacho.

Despacho de la emperatriz ; comunicaba con su tocador.
Tocador.

Dormitorio del emperador, donde presuntamente se declaró el incendio fatal, el 13 de octubre de 1870.

Fotografía del palacio de Saint Cloud, tomada durante el Segundo Imperio y coloreada por Philippe Le Pareux.
 
Fotografía de las ruinas después del incendio, tomadas bajo la Tercera República.
 
Acuarela del palacio, pintada por Valentin Fiumefreddo en 2011.

Visitantes distintos desde el 1 de enero 2016



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